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martes, 24 de enero de 2012

TEORÍAS EXPLICATIVAS DE LA DESADAPTACIÓN SOCIAL

Centrare la entrada en las distintas teorías explicativas de la desadaptación social a partir de la lectura del documento de Guasch y Ponce ¿Qué significa intervenir educativamente en desadaptación social?
En cada sociedad encontramos una filosofía subyacente sobre la concepción del ser humano, sus prácticas, comportamientos, actitudes… Todo ello condiciona la manera en la que la sociedad se plantea un determinado tema o se enfrenta a un problema específico. Por tanto, la manera en la que una sociedad trata el tema de la desadaptación social viene influenciada por tales concepciones.
Las concepciones filosóficas que más han incidido en el tema de la desadaptación social en las sociedades occidentales son el Positivismo y el Liberalismo. Estos últimos han dado lugar a la Escuela Clásica y a la Escuela Positiva. Ambos postulados se tambalean cuando se confrontan con las ideas de la corriente crítica.
La corriente liberal defiende la estratificación social y el individualismo, considera al ser humano libre por naturaleza con capacidad de tomar sus propias decisiones.
Del liberalismo surge la escuela clásica que tuvo sus inicios en el siglo XVIII. Sus representantes más significativos son Beccaria, Feuerbach y Bentham. Las ideas que más influyeron en la misma fueron la idea del libre albedrío, la sensualidad y la racionalidad. Una persona es libre de comportarse como quiera, movido por la búsqueda del placer y cualquier acción humana es fruto del pensamiento racional.
Las ideas de pena y castigo se introducen para aquellos que alteran el orden social establecido. Otras ideas provenientes de esta misma Escuela son las de retribución (el delincuente paga el daño causado a la sociedad), proporcionalidad del delito y la pena y disuasión (el castigo de un delincuente ha de servir para el escarmiento de él mismo y para ejemplo de los demás ciudadanos).
El positivismo defiende que el ser humano es bueno por naturaleza y que las aptitudes del individuo o el entorno son los que lo corrompen. Se debate entre un determinismo sociológico o  biológico.
El positivismo da lugar a la escuela positiva en el siglo XIX. Los máximos representantes de ella son Lombroso, Garofalo y Ferri.
Una de las ideas claves introducidas por el positivismo es el determinismo. Los hombres son impulsados sin resistencia a sus acciones por su constitución o por las fuerzas sociales. Las personas no somos libres al actuar sino que lo hacemos condicionados o determinados por nuestra naturaleza y por el ambiente que nos rodea. Como consecuencia de ello, las personas que se desvían han de ser objeto de rehabilitación y tratamiento, no de castigo.
Positivismo y liberalismo han sido los dos grandes ejes filosóficos sobre los que se ha sustentado la respuesta social al problema de la desadaptación durante los siglos XIX y XX. En las últimas tres décadas, otra corriente importante está cuestionando los planteamientos clásicos: la Escuela Crítica. Según ésta, ni el castigo  ni la rehabilitación son efectivos para tratar los problemas de desadaptación si no se produce un cambio en las estructuras sociales. Según la corriente socio-crítica, la desadaptación es producida por múltiples factores, los cuales debemos determinar para intervenir educativamente.
En función de las distintas fases históricas se les han ido dando diferentes respuestas sociales a la desadaptación, entre ellas:
-          Fase Represiva o de Internamiento
-          Fase de Beneficencia o de Ayuda
-          Fase Terapéutica o de Tratamiento
-          Fase Técnica o de Trabajo de Casos.
-          Fase Crítica  o de Trabajo Comunitario.
Todas estas fases no se ha sucedido linealmente en el tiempo, en ocasiones se han llegado a solapar e incluso coexistir.
Debemos preguntarnos hasta que punto estas corrientes han desparecido. Para dar respuesta a ello, nos paramos a ver el siguiente documental, “La Isla de las Flores”.

Como veis el documental refleja la dependencia a nuestro sistema económico. El cual, es el principal causante de la pobreza y como resultante,  la desadaptación y la exclusión social. Realmente no han desaparecido las corrientes filosóficas del liberalismo y positivismo.
El sistema económico imperante funciona siguiendo un curso, de manera que la persona que se quede fuera del mismo, es desadaptada. El dinero es un condicionante de elección y por ello lo muevo todo en nuestra sociedad.
A continuación analizare los elementos positivistas y liberales que en el video aparecen.
De la corriente liberal procede: la importancia del dinero, el capitalismo; el consumismo; la libertad de mercado… De la corriente positivista procede el vivir donde has nacido; tu predestinación, el nacer en una familia y en un contexto; el cercamiento de las zonas, el estar dentro o fuera de ella…
Las personas desadaptadas y excluidas que serán objeto de nuestra intervención vendrán marcadas por factores de pobreza y desigualdad económica. Estas personas se siente libres ya que no conocen otra forma de vida, por lo que no tienen capacidad de elección. Los comportamiento, actitudes… de todas ellas vendrán determinados más por su forma de vivir, que por sus características sociales. La sociedad pone una serie de parámetros que marcan nuestra vida y nuestra elección.
El liberalismo y el positivismo están presente en aún en el siglo XXI, en un contexto capitalista, globalizador y con una enorme libertad de mercado. A pesar de ello, para tratar temas de marginación, desadaptación y exclusión social se trata la perspectiva positivista, incidiendo en el determinismo biológico y sociológicos como principal causa de estos problemas sociales. Deberíamos llegar de manera temprana a la fase crítica.
Como educadores sociales, debemos fomentar el cambio social, mostrar a las personas en desadaptación social las posibilidades existentes para que puedan elegir, además de  luchar por el trabajo comunitario. Con ello contribuiremos al paso a la etapa crítica.
Poniendo un ejemplo de la situación compleja analizada en la entrada recurriré a Sevilla y sus alrededores. Como todos sabemos en Sevilla existen ciertos sectores creados socialmente en los que las personas están viviendo en condiciones pésimas y no son objetos de la intervención que se merecen. Estas persona carecen de recursos económicos, alimento, vivienda digna, empleo, formación… Y cada día que pasa los recortes sociales son cada vez mayores. Sin embargo, un ejemplo contrario a ello son los linces de Doñana que debido a su riesgo de extinción son objeto de mayores atenciones y cuidados que estas personas. Debemos preguntarnos si debemos de llegar a la extinción de la especie humana para que nos atiendan un poco más.

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